Sunday, August 13, 2006

ESCUELAS DE MEDICINA

Conrado Narváez Zuluaga
Centenario 1906 - 2006
ESCUELAS DE MEDICINA
—¿Por qué a pesar de haber cada día más médicos, Clínicas técnicas, diagnósticos, farmacias hospitales, sanatorios, centros de investigación médica, laboratorios, farmacológicos, etc., hay más enfermedades?
1—. Porque la medicina alópata, cada vez se aparta más de las leyes naturales que rigen el cosmos y la vida, siendo un dato de observación primaria que a mayor distancia de esas leyes corresponde un número, mayor de enfermos y degeneración humana.
2—. Por haberse apartado de las leyes naturales la medicina alópata se orienta hacia el mecanismo (concepto de enfermedad), no hacia
el holismo (concepto de enfermo), por cuya causa no parte de una etiopatogenia ni norma biotipológica fundamental, sino de un mero mecanismo sintomatológico: No arranca de causas matrices, sino de síntomas, esto es, no trata a enfermos, sino a enfermedades, ni enseña a vivir al enfermo de acuerdo con las leyes naturales: consecuentemente sigue, el enfermo y análogamente su multiforme variedad de procesos morbosos clínicos correspondientes al biotipo o características individuales.
3 —. El desconocimiento —o la distancia a — las leyes cosmológicas ha convertido a la Escuela médica alópata no en fiel intérprete, servidora y colaboradora de Natura, sino en obstruccionista, rectificadora y dictadora de ésta como si la medicina, alópata fuera más sabia que la misma naturaleza, como si el hombre no, fuera un producto vital de, ésta que flota en la inmensidad infinita del Universo, sino un todo homocéntrico, creador y sector del cosmos.
4—. Como la medicina alópata (de la palabra griega, ALLOS, oteo, más PATHOS, afección, es decir la enfermedad curada por otro, el médico, en oposición al término Naturópata, de Natura, Naturaleza y PATHOS, esto es, la enfermedad curada por la naturaleza) no es una ciencia, sino un arte, pues lo que contiene de ciencia lo ha tomado de las ciencias físico-químicas y matemáticas, ciencias no biológicas, sino abstractas, pretende fundar una ciencia médica desprovista de principios filosóficos naturales, ya que estudia mecanismos morbosos, pero se desinteresa de las causas y fines de los mismos: Responde al cómo, pero no al por qué y para qué dé manera satisfactoria.
5 —. Siendo norma de la alopatía ignorar las leyes naturológicas,
apartarse de ellas, y dicta, a capricho, sin tener en cuenta los enunciados más elementales de la biología natural, su ideal tal parece que no ve más allá de la alquimia medieval, es decir, su máximo empeño se reduce a hallar la fórmula mágica del elíxir de la juventud, de la vida, de la panacea Universal, en un comprimido, pildorita, tubito, frasquito, ampolla, o inyección.
6 —. El aire, el agua, el alimento, el sol, el movimiento, reposo, actitud mental correcta, etc., que todo organismo humano necesita para mantener su equilibrio físico, mental y moral, sin cuyos elementos apropiados en cantidad y calidad enferma, decae y muere: Todos, esos elementos que el cuerpo humano requiere, absorber, asimilar, desintegrar y eliminar mediante funciones propias, que no pueden sintetizarse fuera del propio organismo, todo eso que es esencial, que forma parte indivisible del cuerpo, que es la vida misma, aparentemente no tiene gran importancia para la medicina alópata: Pues pretende aprisionarlo, substituirlo, sintetizarlo en tal o cual droga, ampolla o inyección, como ya viene intentándolo, a costa de la salud del individuo y de la degeneración de la especie.
7 —. Lo que llama la atención y da pena a cualquier observador que conserve aún un adarme de sentido común y criterio independiente, que se haya asomado a las ventanas de la filosofía, biología y escuelas médicas en general, no es el frente cerrado que forman todos los intereses creados alrededor y calor de la medicina alópata, sino que haya hombres eminentes de ciencia que se entreguen de cuerpo entero al servicio de tal escuela médica, la cual, por antivital, está destinada a desaparecer a menos que no reforme hondamente sus enseñanzas.
8 —. Las leyes naturales que rigen el cosmos, y por lo tanto la vida humana, son verdades inmutables a diferencia de las leyes morales o sociológicas, que cambian según el tipo de civilización dominante: Estas son transitorias por que son creación del hombre; aquéllas son inmutables porque son creación de la Naturaleza.
9—. El error más fundamental del hombre moderno mecanicista es creer que porque puede rectificar y superar constantemente, su propia obra, como asimismo algunos, aspectos accidentales de la Naturaleza, como, por ejemplo, desviar el curso de un río, captar la descarga eléctrica de un rayo, etc., puede a su vez manipular impunemente sobre las leyes básicas, físico-químicas naturológicas que regulan la biología humana física, mental y moral.
10 —. Esas son las verdaderas causas de que cada vez, haya más enfermedades, más enfermos, que en plena juventud no se encuentren más que dentaduras cariadas, degeneradas, siendo este un hecho fehaciente e incuestionable de la degeneración humana; ya que los fósiles humanos de muestran que en los tiempos antiguos cuándo no se conocía ninguna ciencia médica, los viejos, que llegaban, a edades muy avanzadas, conservaban intacta su armazón dental.11 —. La respuesta a ese alejamiento, de las leyes naturales, más elementales en relación con la enfermedad, salud y bienestar de la raza humana, es la Escuela de Medicina Naturópata, la cual tuvo siempre ilustres representantes a través de la Historia, empezando por su fundador, Hipócrates, de cuyas enseñanzas se apartó la alopatía, pero las recoge, interpreta y ensancha la medicina Naturista. Las verdades hipocráticas enseñadas hace 24 Siglos son hoy tan ciertas como entonces y lo serán siempre: No son modas no son trajes cortados a gusto y medida de un esteta. Son agudas observaciones percibidas, interpretadas y aplicadas por el genio analítico, sintético e intuitivo a la vez de uno de los más grandes filósofos y benefactores de la humanidad.

DR. A. SEVERON
(Tomado del órgano naturista "PRO—VIDA". Habana,Octubre y Noviembre de 1947).

Biblioteca – archivo, Medicina Naturópata “Medicina Natural” del Profesor Narváez, Libro del Dr.A Severon Médico Naturista Naturópata.
Editado por: Tulio Narváez, Francia y Jairo Narváez, España.