Saturday, July 16, 2011

Guillermo Lisker Barrera Memorial, Testimonio y Declaraciones del Empresario, de Padre de Origen Alemán Bogotá 16 de Febrero de 1950

Señor Juez 5º. Civil Municipal.
E.S.D.
Para efectos que interesan al Profesor Conrado Narváez Zuluaga, Botánico Naturista de esta ciudad, atentamente le solicito se sirva citar y hacer comparecer a su despacho al señor GUILLERMO LISKER BARRERA, mayor de edad y vecino de esta ciudad, para que juratoriamente declare al tenor del siguiente interrogatorio:
Primero: lo de ley
Segundo: Expresa si es verdad que el Profesor Conrado Narváez Zuluaga, con sus métodos científicos botánicos y naturalistas, le restableció su salud seriamente afectada por graves dolencias, después de haber sido tratado por muchos eminentes médicos de esta ciudad capital.
Tercero: Diga al exponente, si después de haber salido de la jurisdicción y tratamiento e los médicos que le atendían en su enfermedad, recurrió por último recurso, a buscar los servicios del naturista botánico Profesor Narváez Zuluaga, quién con sus procedimientos y después de luchar contra la muerte, logró salvarle la vida, encontrándose en la actualidad completamente restablecido de la enfermedad que lo aquejaba, ante el asombro de la familia y de sus amistades, que han podido comprobar la bondad y eficacia de los métodos del Profesor Narváez Zuluaga, y del mucho y positivo bien que con ellos está prestando a los asociados en forma filantrópica y generosa, y
Cuarto: Que exprese el declarante todos los diversos aspectos que forman la historia de su enfermedad y de su curación radical, y si en guarda a la verdad quiere presentar las fórmulas médicas que posee, que las exhiba ante el señor Juez, al rendir esta declaración. Igualmente puede presentar para mayor identidad la fotografía del exponente puede presentar para mayor identidad la fotografía del exponente, y si es su voluntad que tanto aquellas como esta, se agreguen a su declaración juramentada.
Sufrago el recaudo legal para que esta declaración se reciba a la mayor brevedad posible, y se me entregue adjunta a esta petición, con los demás documentos que presenta el declarante.
Renuncio notificaciones.
Bogotá, febrero 15 de 1950
Respetuosamente.
Horacio Lemos M. CC 2755235 Bogotá (Firma)
Recibo hoy diez y seis de febrero de mil novecientos cincuenta y al despacho (firma)
Juzgado quinto civil municipal
Bogotá, febrero diez y seis de mil novecientos cincuenta. Recíbase la declaración solicitadas en el anterior memorial, certifíquese sobre la idoneidad de los declarantes y originales entréguense las diligencias al peticionario.
Cúmplase (firma).
DECLARACION DEL SEÑOR GUILLERMO LISKER BARRER. Ced, 387091 Bogotá.
En Bogotá a diez y seis de febrero de mil novecientos cincuenta compareció en el despacho del juagado Quinto Civil Municipal el señor Guillermo Lisker Barrera con el fin de rendir la declaración que se le solicita en el anterior memorial. – Previas las formalidades legales se le recibió juramento y por su gravedad prometió decir verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad en la declaración que va a rendir y expuso al punto
1-. Del interrogatorio: ¨Soy mayor de edad, vecino de Bogotá y sin generales de ley con el peticionario ni con el señor Conrado Narváez Zuluaga¨.
Al punto 2-. Contesto¨ Es Verdad y un hecho cierto, que el Profesor Conrado Narváez Zuluaga con sus métodos científicos botánicos y naturalista, me restableció mi salud seriamente afectada por graves dolencias, después de que me había hecho tratar por muchos eminentes médicos de esta ciudad¨.
Al punto 3- Contesto: ¨Es verdad que después de que Salí de la jurisdicción y tratamiento de los varios médicos que me atendían en mi enfermedad, y ya sin esperanza, recurrí como ultimó recurso a buscar los servicios del naturista botánico Profesor Narváez Zuluaga, quien con sus procedimientos, y después de luchar contra la muerte, logró salvarme la vida, encontrándome en la actualidad completamente restablecido de la enfermedad que me aquejaba, ante el asombro de mi familia y de mis amistades, quienes han podido comprobar la bondad y eficacia de los métodos del Profesor Narváez Zuluaga y del mucho y positivo bien que con ellos está prestando a los asociados en forma filantrópica y generosa¨.
- Al punto 4-. Contestó: Por el mes de octubre del año de mil novecientos cuarenta y ocho me dio un ataque como de nervios, el doctor José Alejandro Vega, a quien llamé como a eso de las tres de la mañana me inyectó y me mejoró por el momento, siguiendo el tratamiento que él me indicó, hasta que me cansé de tomar remedios, habiendo seguido sintiéndome mal, pues después de la mejoría pasajera, volví a enfermarme; luego recurrí al doctor Luis David Montaña, quien me dio un montón de formulas, cuyos remedios tomé sin que notara mejoría ninguna, pues por el contrario me sentía mas malo; viendo que los remedios no me servían acudí donde el doctor Carlos Jiménez Guerra, quien me dijo que tenía que hacerme operar las glándulas, apéndice y no recuerdo que otra cosa; me hizo sacar todos los dientes, y tampoco sentí mejoría; de lo que él me aconsejó únicamente me hice sacar los dientes. Los síntomas que yo tenía eran dolores en el estomago, nervios, no podía tomar ni comer nada, pues todo me hacia daño; en este estado alcancé a durar mas de un año. – Luego me hice ver de los siguientes médicos: Luis Francisco Bernal H., José del C, Huertas, del Hermano Tomás Rodríguez; hasta que por ultimó fui a dar donde el Profesor Narváez Zuluaga, quien con su tratamiento fue el único que me alentó. Hago constar que desde que empecé a tomar los remedios de este profesor comenzó la mejoría.- Es mi voluntad agregar a esta declaración las formulas médicas que se me dieron, lo mismo que la fotografía mía¨.- con lo cual se dio por terminada la declaración, ordenando el suscrito juez que las formulas y fotografía sean agregadas a la declaración y entregadas al exponente, con el sello del Juzgado en cada una de ellas.- Para constancia se firma la presente diligencia como aparece, la que leyó y aprobó l declarante.-
El Juez, (firma ilegible)
El declarante, (firma) Guillermo Lisker Barrera CC. 387091 Bogotá.
El secretario, (firma) José Antonio Aldana
EL JUEZ QUINTO CIVIL MUNICIPAL DE BOGOTA CERTIFICA:
Que el señor Guillermo Lisker Barrera es testigo hábil e idóneo para declara en juicio y fuera de él.
Bogotá, febrero dieciséis de mil novecientos cincuenta.
El Juez (firma ilegible)
El Secretario, (firma) José Antonio Aldana
Foto y 2 sellos sobre la foto (uno legible otra ilegible el legible Municipio de Bogotá Juzgado 5º. Municipal Bogotá)
DIRECCION DEPARTAMENTAL DE HIGIENE DE CUNDINAMARCA CA.- Bogotá, junio once de mil novecientos cincuenta dos.- Con las debidas precauciones, decrétese el desglose de las declaraciones extrajudiciales que obran en el informativo y a las cuales se refiere el anterior memorial y entréguese los originales al peticionario dejando las constancias del caso (texto ilegible) gémula se. – El DIRECTOR DEPTAL. DE HIGIENE (FDO) CARLOS NOVOA RODRIGUEZ.- EL SECRETARIO (FDO) NICOLAS GARCIA GARCIA.- Es fiel copia.- Bogotá, Junio dieciocho de mil novecientos cincuenta y dos. (Firma) NICOLAS GARCIA GARCIA.
Nota: Anécdotas de un cirujano médico y un profesor naturista
Anécdota y una hermosa reflexión sobre la vocación y lucha, tanto del Profesor naturista Conrado Narváez Zuluaga y el Médico cirujano Carlos Jiménez Guerra, después de seguir sus sendas vidas dedicada a sanar y curar según su fiel conocimiento de cada uno. El destino quiso que en 1974 contrajeran matrimonio Ana Lucia Jiménez Pinzón y Jairo Narváez Soto, hijo e hija respectivos del médico y del profesor naturista. Carlos Jiménez Guerra, prestigioso médico de la Clínica de Bogotá, siendo uno de sus fundadores. También ejercía en su clínica privada en el pueblo de Cundinamarca, El Colegio, Clínica Jiménez Guerra Medicina y Reposo. Carlos Jiménez Guerra, fallece a los 56 años de un infarto cuando se dirigía a su clínica de El Colegio en 1966, dejando 5 pequeños hijos de su matrimonio. Del matrimonio de su primogénita, Ana Lucia Jiménez, y del menor de los varones del Profesor Narváez, Jairo Narváez, nace un joven varón, Juan Pablo Narváez Jiménez, quién en la actualidad reside en la ciudad de Estocolmo, Suecia, con su esposa y su hermosa hija.
A veces tenemos que detenernos en nuestras vidas a pensar que fue de la vida de nuestros seres queridos, de esas luchas que les dieron significado a sus vidas en la constante batalla por sanar y curar, unas veces con acierto y otras con desaciertos, pero teniendo siempre en cuenta que lo que ambos buscaban de buena fe, era vencer a la enfermedad. Se justifica vivir si el mundo es un poco mejor, más humanista, sin enfermedades. La fijación de metas distingue a unos hombres de otros y para ellos lo más importante no fue alcanzar dichas metas, sino luchar por ellas. Carlos Jiménez Guerra y Conrado Narváez Zuluaga fueron protagonistas de sus historias cuando se cruzaron por los años 50, eran consientes que cada uno de ellos luchaba por sus ideales, por mejorar la barbarie de la enfermedad y eso hicieron hasta el último día de sus vidas.
Jairo Narváez Soto.