Antes de comenzar el tratamiento
Quince días después
Ocho meses después
4 años después (el niño crece normalmente).
Señor Ibagué, Mayo 22 de 1952
Profesor Narváez
Bogotá.
Respetado y apreciado Profesor:Me dirijo a Ud., para expresarle mis modestos y sencillos agradecimientos al que con desvelado empeño me arrebató de las garras de la muerte; me permito manifestarle al Profesor lo siguiente:
Ha sido para mí una dicha, poder sentir el infinito deseo de seguir viviendo; pues la terrible enfermedad de la vesícula biliar tan dolorosa y cruel, con su secuela de numerosos trastornos, desde hacia dos años me tenía sumido en el más despiadado abatimiento. Pero un día quiso la Divina Providencia, que yo como padre de familia tenia que vivir para mis hijos. Entonces fue cuando una generosa señora me contó aquí en Ibagué la milagrosa curación que Ud., Profesor, le hizo a la hija de ella, desahuciada por muchos facultativos; la señora en referencia es la dignísima matrona doña Clara Gonelly. Residente en Ibagué.
Y heme aquí, que completamente restablecido de mi enfermedad y sin haber tenido necesidad desde hace once meses, de recurrir a las dañinas drogas que estaban intoxicando mi cuerpo y matándome lenta y seguramente, como también absorbiendo completamente mi modesto sueldo en numerosas fórmulas costosísimas, estoy en el deber moral que fue únicamente el profesor Narváez el que con su sabio método Naturopático me dio mi salud y trajo nuevamente la felicidad a mi hogar.
Deseo que con esta mi modesta carta contribuya a desagraviar al profesor que ha sido víctima de infame e incalificable campaña. Puede hacer de esta carta el uso que a bien tenga.
Sin otro particular, me repito del profesor Narváez como su atento y seguro servidor.
(Fdo.) RAÚL LÓPEZ DUQUE C. C. N? 4056867 del Espinal.
'Tomado del periódico "El Siglo" de Bogotá del miércoles 28 de Mayo de 1952
Info: jairo.narvaez@yahoo.es